La quemazón de Adela Fernández (Ciudad de México 1942-2013) es una joya escrita en español. Pocas veces, he leído un cuento de una sola vez y me ha sorprendido tanto por su genialidad. Qué bueno que, finalmente, ha llegado al mundo la reivindicación de las escritoras mujeres.
La autora
Debo confesar que no conocía a esta escritora. De hecho, acabo de descubrirla gracias a uno de mis amigos letrados, mi adorado Fabricio B. Estábamos paseando por el Centro Histórico de la Ciudad de México y vimos una nueva edición de sus cuentos. – “¿No la conoces?”, me dijo Fabricio. –“No”, le contesté con los ojos muy grandes y felices porque sabía que venía una buena recomendación de lectura para mí. Y así fue.
El cuento
El cuento es magníficamente corto, preciso, lleno de vericuetos que sólo una buena escritora o escritor pueden lograr construir. La historia es muy simple, pero, a la vez, absolutamente compleja: compleja por lo que plantea, por lo que ocurre, y porque tiene dos partes bien marcadas que nos complejizan como lectores y lectoras. .
Una primera parte donde parece va a pasar una cosa, y una segunda parte, donde parece ser otra. ¡Y no les digo más para que podamos comentar de todo en nuestra primera sesión del Club de lectura de La vida en español de este flamante 2024!
Comentario sin resolver
La quemazón de Adela Fernández está plagada de un halo de misterio, y también de creencias tradicionales, ancestrales, que, en el mundo del relato son verdaderas, reales. Las situaciones que ocurren son lógicas dentro de la historia, es decir, que no estamos frente a la literatura fantástica clásica, sino más bien, dentro de una literatura siniestra y maravillosa (donde todo puede ocurrir). Sin embargo, en ese sistema donde todo es posible, nos quedamos perplejos ante acciones, imágenes, sentimientos, que podemos y no podemos concebir al mismo tiempo…
Por eso, este cuento me ha impresionado tanto. Porque, como toda buena obra de arte, en cualquier formato que sea, siempre quedan cuestiones por descubrir. Se trata de escritos eternos.
Y, encima, como soy argentina, el mundo tradicional mexicano es muy nuevo para mí, entonces, hay elementos de la historia que todavía no puedo decodificar. A ver, si el domingo 28 de enero, entre las 10:00 y las 11:30, hora de la Ciudad de México, lo descubrimos en el club.
PD: entre sus libros, tiene dos sobre gastronomía: La tradicional cocina mexicana y sus mejores recetas (1985), y Sabrosuras de la muerte: comida para las ánimas (1999). ¿Qué tal?