Aquí, les dejo otro interesante texto para reflexionar sobre qué productos sobrevivirán en 50 años. George Melas, uno de nuestros estudiantes avanzados, nos comparte lo que piensa sobre los productos obsoletos que quedarán en en pasado, avisándonos que si se trata del futuro, nadie tiene la bola de cristal.
¿Cómo será el futuro?
Hay muchas cosas que usamos ahora y es posible que vayan a disminuir o desaparecer en los cincuenta y tantos años por venir para convertirse en verdaderos productos obsoletos.
Productos obsoletos
Podemos observar ahora tendencias. Por ejemplo, es posible que en el futuro los autos de gasolina estén en los museos. Así, los coches eléctricos sean el modo predominante de transporte junto con otras máquinas y motores que ahora funcionan con gasolina.
Probablemente, los productos de plástico se sustituyan por productos compostables o reciclados. En mi opinión, otros productos, como hornos de carbón, estufas de gas y calentadores de agua a gas, se verán favorecidos por la electrificación y las energías renovables.
¿Qué pasará con los productos de papel y otros similares?
Otros productos que se han reducido sustancialmente y continuarán su declive son los cheques en papel, periódicos impresos, mapas de papel y es viable que sean también productos obsoletos por alternativas digitales que son más baratas, más rápidas y convenientes.
Puedo añadir a la lista las bombillas fluorescentes e incandescentes por luces de LED que consumen menos energía. También, agregaría los cigarrillos por fuerte regulación y por disminución de las tasas de tabaquismo y los productos con carne de ganado por alternativas de carne cultivadas en laboratorio o de origen vegetal. Seguramente, otros productos van a ser producidos en los laboratorios. No sé. ¡Nadie tiene la bola de cristal!

¿Y los libros? ¿Y las fotografías?
Sin embargo, me interesaría saber qué pasará con los libros y lo analizaré con más detalle. Es cierto y los estudios lo sugieren, que la retención y la comprensión pueden ser mejores con el papel.
A mí me gustan los libros de papel. Durante mi vida, he perdido muchos recuerdos como fotografías u otros documentos como videos, mensajes y recibos que había guardado digitalmente, pero con los cambios frecuentes de tecnología, ya no puedo leerlos ahora. Me siento un poco más confiado porque la tecnología digital ha mejorado. Ahora, lo que producimos se guarda en el entorno de la nube.
Es cierto que los libros electrónicos y los audiolibros son más prácticos, económicos y fáciles de distribuir globalmente. Además, las generaciones más jóvenes crecen con pantallas (veo a mis nietos), y las escuelas usan cada vez más tabletas o portátiles.
Predominará lo digital…
Creo que, para la ficción, los libros de texto y las obras de referencia de gran consumo, predominará lo digital. Sin embargo, muchos lectores aún prefieren la sensación tangible de un libro real que puedan tocar. Por eso, creo que, durante los próximos cincuenta años, se seguirán produciendo libros hechos de papel.
Los libros hechos de papel nos ofrecen una lectura sin la fatiga de la pantalla, sin problemas de batería, y son mejores para una lectura profunda y concentrada. No olvidemos que los libros hechos de papel también son coleccionables, se pueden regalar y tienen una gran repercusión emocional.
A pesar de las ventajas del libro de papel, creo que seremos testigos de una disminución de su uso y producción que va también a afectar las industrias que pueden dejar de imprimir la educación. En ese caso, se verán afectadas, especialmente, las universidades y las escuelas secundarias que se moverán de manera completamente digital. Igualmente, pasará lo mismo con los documentos o manuales del gobierno que ya vemos en gran medida en línea.
El mundo siempre cambia
No tengo dudas de que el mundo futuro será diferente del mundo de hoy. De la misma manera, el mundo de hoy es diferente del mundo de los años 70 a cuando era estudiante, sin computadoras y sin algo digital y usando mucho papel y lapiceros.
Indudablemente, la cadena del cambio continuará sin parar. Quizás el futuro no está escrito en una bola de cristal, sino en los actos invisibles de hoy. Hacemos planes, hacemos predicciones, pero nadie puede ver el futuro, ni con bola de cristal.
¡Y por cierto la bola de cristal dejará de existir y será digital en el futuro!